A diferencia de los lentes de contacto tradicionales, los lentes esclerales no tocan la córnea directamente, lo que proporciona mayor comodidad, especialmente para quienes tienen ojos secos o sensibles.
Debido al reservorio de líquido que se crea entre el lente y la córnea, los usuarios experimentan una hidratación constante, lo cual es especialmente beneficioso para personas con síndrome de ojo seco severo.
Los lentes esclerales son más grandes que los lentes de contacto convencionales, lo que les permite permanecer estables en el ojo y reducir el riesgo de que se desplacen o se caigan.
Muchos usuarios mencionan que los lentes esclerales duran más tiempo en comparación con otros tipos de lentes de contacto, ya que son más duraderos y resistentes.
Los lentes esclerales pueden ser personalizados para adaptarse a las necesidades específicas de cada usuario, lo que resulta en una solución más efectiva para problemas visuales complejos.
Las personas con alta sensibilidad a la luz o fotofobia encuentran que los lentes esclerales reducen significativamente estos síntomas.
Muchos usuarios destacan cómo el uso de lentes esclerales les ha permitido realizar actividades diarias, como leer o conducir, con mayor facilidad y sin molestias.